En cada "racheo" de mi alpargata escucho tus lamentos,
en cada "levanta" encuentro tu perdon,
en cada gota de mi sudor se refleja tu rostro,
sobre la llaga de mi cuello soporto tu dolor,
en cada crujir de la madera escucho tus pasos
.
Sobre manto de costales blancos paseas por Sevilla tu pena,
sobre cuerpos fajados de negro vas perdonando a tu pueblo,
sobre suelas de esparto vas arrancando oraciones.
Dame fuerzas Padre para seguir robando lagrimas y suspiros,
para enseñarte a Sevilla con orgullo de tu barrio.
Dame fuerzas Padre porque bajo tu tunica me encuentro vivo,
porque a tus pies mi vida tiene sentido.
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