En la tarde de ayer asistí a un hecho desgraciado y que no debería ocurrir nunca entre hermanos cofrades.
Dando un paseo por sevilla, al pasar delante de la parroquia de la Magdalena, decidí junto con un amigo entrar a visitar las hermandades que alli tienen sede canónica.
A la primera hermandad que nos acercamos fue a la Quinta Angustia, y allí sucedió todo, para mí fue lamentable.
Nos sentamos en la capilla y admirabamos al magnífico conjunto escultórico y sobre todo al Señor…
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