Buenas noches 9-02-12

Buenas noches mis estimad@s y querid@s amig@s del mundo capilleril.

Nuevamente con vosotr@s para un nuevo escritillo nocturno. Como sabéis, una gran debilidad cofradieramente hablando (y tengo muchas) es mi Hermandad  de San Benito. Os cuento como vivo y siento la última parte del recorrido junto a uno de mis Titulares.

Es Martes Santo, un Martes Santo de cualquier año. El Señor en su Presentación al Pueblo vuelve a Su Casa después de haber sido Presentado a Sevilla.

Dentro del cansancio que nos hunde los hombros, empieza a aflorar la nostalgia de un Martes Santo ya pasado. Final de calle Águilas y  es miércoles; después de haber cumplido con la vecina Hermandad de San Esteban que pocos minutos antes ha terminado su Estación de Penitencia.  Estamos en Luis Montoto, casi en la Iglesia de nuevo y como digo la nostalgia empieza a embargarte de algo que no quieres que  termine pero que para que se cumpla debe de terminar.

La mente rebobina lo que a media tarde era un hervidero de gente, muchísimos  que se ven de año en año ese día. Bajo el antifaz, el brillo de los ojos muestra que lo estamos disfrutando, ilusión de adolescentes que estrenan un primer amor o de mañana de Reyes para los pequeños. Aguantas  empujones, tirones  pidiendote caramelos, estampitas y algún que otro foráneo preguntándote que es todo aquello y como se llama la Hermandad.

Hay menos gente. El último tramo del recorrido es tranquilo en lo referente a las apreturas que casi se echan de menos. La visión de la torre levanta los ánimos y de ahí a entrar es un suspiro. La Agrupación musical suena como guardia suprema del que es Todo; toque de tambor miles de veces repetido y siempre distinto, melodías eternas ¡que me gusta el conjunto sólo a tambor! tambor en la lejanía que sin mirar intuyo un andar perfecto, que Te lleva entre claveles para aliviar tu sufrimiento.

Él viene cansado, se lo noto. También tiene ganas de llegar. Ha impartido un año más Su Lección del que se entrega sin pedir. Alegría en la salida, seriedad en Santiago, majestuosidad en Santa Ángela, maestría en el Duque, belleza en los Palcos, Poder en la Catedral, sencillez en Francos, fuerza en la Cuesta, mansedumbre en Águilas y cansancio al llegar. Vienes cansado, lo veo, lo siento. Los únicos que no se cansan son tus costaleros ¡esos no se cansan nunca! ¿qué hacéis Hermanos en la trasera que pareciera llevar Ángeles más que hombres?.

Por contra de las Cofradías de negro, me vuelvo una y mil veces, me despido de Ti hasta cuando Tú así lo quieras y te agradezco los momentos vividos en esas pocas horas. Cada año se me hace más corto el camino Señor de la Presentación. Cada año Te tengo más cerca y eso me alegra y me asusta. Con mis años, tengo que saborear cada momento que me permitas estar a Tu lado. Una penúltima mirada para desearte buenas noches Señor y que el año próximo pueda volver a estar allí.

Que el Señor de la Sagrada Presentación os guie.

A tod@s los que me agregaron, buenas noches. Y a los que no, también.