Ahora que estamos a las puertas de una campaña a través de los medios para concienciarnos de la necesidad que tiene el Cristo de las Tres Caídas de ir a Madrid, y en la que, una vez más, y por el único motivo de estar en contra recibiremos insultos como de ser catetos, me reafirmo en mi catetez.
Llevo desde pequeño oyendo a los madrileños tachar de catetos a todo el que no respira del Manzanares. Llevo viendo como todas las ciudades evolucionan y nos sobrepasan: Valencia primero, Málaga le siguió, y ya nos está sobrepasando en tecnología, cultura y economía cualquier capital mediana española. Todo esto me ha dado siempre rabia y me ha creado mucha impotencia, pero por primera vez voy a estar orgulloso de que me llamen cateto sevillano si ningún Cristo que reciba culto en mi ciudad consiguen llevarse a Madrid.
Porque la Semana Santa de Sevilla debe estar ausente de ese museo al aire libre precisamente por eso, porque aquí no tratamos las Imágenes como si fueran esculturas.
Porque nuestra Semana Mayor es importante por sí, y no porque participe de un viacrucis más o menos piadoso. Si no participase sería un gesto de calidad hacia nosotros.
Porque no es cuestión de que si el Papa quiere ver a un Cristo sevillano venga a Sevilla, tampoco es eso, por una sencilla razón: el Papa no ha pedido ver a ningún Cristo, los organizadores necesitan un decorado para el viacrucis, y el Cristo que lleven desde aquí formará parte de dicho decorado.
Porque en Madrid no entienden qué significa el Cristo que vaya, para ellos es una imagen más, y será puro y duro folclore. No lo entenderán, por mi trabajo he guiado a más de un madrileño por la Semana Santa y estando aquí no han entendido el fondo, cuanto más allí.
Porque nos quejamos de que hay demasiadas procesiones extraordinarias y ahora nos vamos a llevar un paso entero a Madrid. ¡De locos!
Porque no hace mucho poníamos el grito en el cielo porque iban a traer a Sevilla cofradías de fuera, ya había contactos cerrados, para que desfilaran por la Avenida. Entonces todos pusimos el grito en el cielo. ¿Tanto se diferencia de esto?Porque el coste que llevará todo eso puede a las Hermanitas de la Cruz, por poner un ejemplo les vendría que ni pintado.
Porque se dice que sería una oportunidad que la hermandad no debería perder. La oportunidad le llegó a la hermandad cuando sus titulares llegaron a ella, y cada madrugada en su estación de penitencia. El resto es mercadeo.
Por estos motivos y muchos más, el abajo firmante, señores, se declara cateto sevillano. Si alguien quiere sumarse, es libre de hacerlo.
Juan Vajo
Cateto sevillano
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