
En ésta entrada, os mostraré uno, de los muchos Cristos que existen en las Iglesias de Sevilla, que en la mayoría de las ocasiones pasan desapercibido para muchos, y que bien merecen ser recordados y saber de su existencia.
En anteriores ocasiones, ya he publicado también distintas entradas dedicadas a éstas Imágenes por decirlo de alguna forma, olvidadas, así también como algunas Dolorosas incluias en éste amplio grupo de las "Imágenes olvidadas", que por cierto también hay bastantes dignas de mención.
Pero volvamos a la Imagen que nos ocupa en ésta ocasión, hablo del magnífico crucificado de la sevillana Iglesia San Diego de Alcalá del Plantinar.
Pues bien, sería acertado comenzar afirmando su indiscutible parecido al Cristo de la Hermandad de las Cigarreras, y es por ello, por lo que muchos se lo imaginan como el Señor Atado a la Columna, pero muerto en la cruz, aunque en otras visiones, tambíén ven una clara inspiración en el Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad Universitaria, cuestión de opiniones.
Decir también que éste crucificado es una de las obras menos conocidas en Sevilla del gran imagniero Francisco Buiza y, lamentablemente no existe documentación ni contrato escrito en el archivo parroquial, sin embargo en una tesis doctoral de D. Pedro Ignacio Martín Leal, de abril de 1987 aparece lo que sigue: "Fué contratado por el primer parroco que tuvo esta parroquia y que fué D. Juan Manuel Dominguez Peña con el escultor D. Francisco Buiza Fernández. Se contrató el dia 8 de julio de 1971 y se terminó en 5 de febrero de 1972. Mide 1,80 mts. y fue tallado en Pino de Flandes. El precio de la escultura fué de 85.000 pts". La imagen aún no tiene advocación, ni la ha tenido nunca.
Como se puede observar en las fotografías, es una Imagen de Cristo crucificado muerto en la Cruz, de estilo barroco que inclina la cabeza hacia el lado derecho, en un suave gesto, apareciendo los ojos cerrados y la boca entreabierta, la típica iconografía del crucificado.
El sudario es de una pieza, atado por cuerda, dejando entrever la cadera derecha. Aunque podemos asegurar que el mismo modelo inspiró al Atado de Cigarreras, este último realizado en 1974, su expresión es más cercana, por la dulzura a la obra de Juan de Mesa que al gesto de sufrimiento que podemos ver en el de la Fábrica de Tabacos.
Igualmente carece de corona de espinas y potencias, y la cabellera, como es habitual en Buiza, aparece minuciosamente tallada y abundante, destacando un largo mechón en el lado derecho.
Su policromía evidencia la maestría de Buiza, junto a la correcta anatomía, mostrándose distintas heridas y laceraciones, además de regueros de sangre no excesivamente acusados.
A partir de ahora, cuando entremos en ésta Iglesia, seguro que podremos contemplar con más detenimiento y admiración esta gran obra de Francisco Buiza para Sevilla, sin duda, una de las grandes desconocidas para el público en general y que bien merece la pena pararnos ese momento a contemplarlo.



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