Amaneció tan señalado dia, y entre prisas, deberes de padre y obligaciones, apuré los minutos suficientes cómo para llegar con la suficiente antelación a mi anual cita con el pregonero.
Breves instantes antes,lo de siempre: charlas con los amigos, dimes, diretes y algún que otro detalle sobre cómo van los preparativos en la hermandad.
Tomamos asientos y nos disponemos a disfrutar de las palabras de aquel, que nos va a presentar lo que ya se avecina.
Pero cual fué mi sorpresa, que disfruté más de la presentación del pregón, que de éste.
Nos guste o no, al sevillano, o mejor dicho cofrade de a pie, nos gusta que hablen de nuestra cofradía, de los versitos de costumbre, y de los monográficos, a saber: Gran Poder, Esperanza de Triana, o Macarena, entre otros.
Señor mio, alabo el gusto y el detalle, de cómo costalero que fue, beber del tradicional jarrillo de lata, los 4 o 5 litros de agua, sin ánimo alguno de ofender. Le agradezco el llamamiento contra el aborto, pero lo que no puedo comprender, es el convertir un pregón de SEMANA SANTA, con una cadena sin fin de pildorazos. Que tiene usted o no razón?, pues mire, no voy a discutírselo, porque sus motivos habrá tenido para entremeterlos, pero considero que no era ni el momento ni el lugar. Me hago cargo de los tiempos que vivimos, pero a que vienen los matrimonios homosexuales, o los crucifijos de las escuelas. Le faltó a usted, nombrar a la malograda y siempre recordada Doña Marta del Castillo, que en paz descanse, y que a bien estoy seguro goza de la presencia del mismísimo Señor de los Cielos.
No me gusta criticar a nadie, bien lo sabe el que vive en San Lorenzo, pero, sin lugar a dudas, creo que es de los peores pregones que he escuchado como cofrade.
Espero que tenga a bien disculparme si se siente ofendido, pero, al igual que usted, se tomó su licencia de criticar o protestar frente a determinados asuntos, voy a ejercer del mismo derecho.
Considero que el pregón, es algo que cada vez es más difícil y es una tarea ardua y muy comprometida, por ello ruego al Consejo Superior de Cofradías, que eleven un poco más el rasero, ya que no es la primera vez, que hay que escuchar pregones más bien flojitos.
Entiendo y comprendo, que ésto es como los melones-y perdón por la odiosa comparación-, que hasta que no lo catas, no sabes si es almíbar, o un simple pepino.
Ruego me perdoneis la dureza de mis palabras, si alguien se ha sentido ofendido.
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