
En la esquina de la calle Comercio y la plaza del Solarejo, la Venerable, Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Madre María Inmaculada en su Mayor Angustia y Piedad, y Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén instaló un altar presidido por la imagen de Cristo Rey.

La imagen de Cristo Rey es obra de Antonio José Martínez Rodríguez, y fue bendecida en el año 2007. Procesiona por las calles de la Ciudad Imperial en la tarde del Domingo de Ramos, a lomos del popular borriquito. Para presidir el altar el Señor aparecía sentado en una sede, a modo de Cristo en majestad. Vestía túnica de terciopelo azul bordada, obra de Jesús Díaz Hellín, y mantolín en color blanco con galón dorado.

El frontal de este altar estaba revestido por un respiradero de metal plateado procedente del paso de la Virgen de las Angustias, obra de la Orfebrería Orovio de la Torre, de Torralba de Calatrava (Ciudad Real), así como por un repostero con la heráldica de la Hermandad. A ambos lados de la imagen lucían dos candelabros de guardabrisas, obra del citado taller. La cera era de color rojo, como es costumbre en esta corporación.

Completaban la escena varios motivos eucarísticos. Un cáliz junto con una hogaza de pan y unos racimos recordaban la institución de la Eucaristía por parte de Cristo en la última cena. El misal, abierto en la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor, junto con una estola, mostraban elocuentemente cómo en la Santa Misa se participa en el único Sacrificio de Cristo, perpetuado en la Eucaristía.

Un amplio dosel en color granate con galón dorado enmarcaba la imagen sedente del Señor.

El exorno floral estaba compuesto por rosas blancas, formando dos centros a ambos lados del Señor, y por dos piñas de clavel blanco, dispuestas en los extremos del altar.


(fotos Juan José Casenave)
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