
La vida, sin duda, puede nacer de muchas formas. A veces nace del amor; otras, de la inconsciencia. En ocasiones es fruto de una pasión temporal, descuidada; sin embargo, en la mayoría de los casos, la vida nace como demostración de un amor gritado a los cuatro vientos, como prueba de cariño e ilusión por un futuro en pareja que queda sellado en la piel de un bebé.
El blog de hoy va dedicado a todas esas madres que nos dieron la vida. Madres solteras, madres adolescentes, madres ya maduras, madres por suerte. Todas, sin diferencia de edad, sufrieron en el parto, tuvieron miedo al ver llegada la hora, sintieron intranquilidad en algún momento. Y todas, igualmente, sonrieron al ver la cara de sus hijos cuando les vieron por vez primera. Es algo que realmente envidio... llevar a tu hijo dentro, saber que se alimenta de ti, ser la primera en sentirlo, saber que tu sangre es su sangre y tu aire es su aire... ¿acaso hay algo más grande? Palabra preciosa, perfecta e inigualable, sólo hay una... Madre.
Hoy va por vosotras. Gracias por demostrar cuánto vale una mujer. Gracias por darnos la vida. Gracias por ser ese ángel que vela por nuestros sueños. Gracias por cada preocupación. Gracias por cada "no vuelvas tarde" Gracias por cada consejo. Gracias por aseguraros de nuestra felicidad. Gracias por llorar con nosotros. Gracias por ser nuestra mayor alegría al despertar. Gracias por llevarnos por el buen camino. Gracias por apoyar nuestros anhelos. Gracias por darnos una educación. Gracias por llevarnos la contraria. Gracias por cada enfado. Gracias por vuestra ayuda. Gracias por cada rato a vuestro lado. Gracias por sufrir por nosotros. Gracias por defendernos. Gracias por ser capaces de morir por nosotros. Gracias por anteponernos a cualquiera. Gracias por cada vez que nos decís lo correcto. Gracias por cada tarta de cumpleaños. Gracias por cada beso. Gracias por cada cuento de infancia. Gracias por luchar por nosotros. Gracias por quitarnos la razón cuando la llevamos. Gracias por cada camiseta planchada. Gracias por cada abrazo. Gracias por cada mirada. Gracias por todo lo que no sabremos nunca. Gracias por cada perdón. Gracias por cada regalo. Gracias por cada navidad con vosotras. Gracias por cada sacrificio. Gracias por estar ahí siempre. Gracias por ser lo más grande incluso en la mitad de cada gran pelea. Gracias por no dejarnos caer. Gracias por darnos la vida. Gracias por ser mucho más que cualquier cosa. Gracias por hacer rosas las espinas. Gracias por ser la paz del alma. Gracias por ser todo lo que siempre quisimos. Gracias por ser capaces de quitaros el pan de la boca por nosotros. Gracias por convencer a la familia de lo guapo que es tu niño. Gracias por sacar siempre lo mejor de nosotros. Gracias por los momentos de ánimo. Gracias por cada lágrima por nosotros. Gracias por ser nuestras manos y pies. Gracias por enseñarnos a vivir. Gracias por cada "ya te darás cuenta de que llevo razón" Gracias por restar importancia a los pequeños problemas. Gracias por darnos el empujón que nos hace falta. Gracias por hacernos valorar lo que tenemos. Gracias por convertir deseos en realidad. Gracias por cada seis de Enero. Gracias por hacernos ver de que somos capaces de todo. Gracias por recordarnos que soñar no cuesta dinero. Gracias por convencernos de que quién no arriesga, no gana. Gracias por hacer más fácil la vida. Gracias por hacernos sentir auténtico terror al pensar en el día que faltéis. Gracias por cada castigo. Gracias por cada noche en vela. Gracias por cada desayuno los domingos. Gracias por cada día en el parque. Gracias por reír y hacernos felices. Gracias por cada termo de café en noches de estudio. Gracias por ser felices si lo somos nosotros. Gracias por decir "como mi hijo ninguno" Gracias por compartir nuestras aficiones. Gracias por cada cumpleaños. Gracias por cada charla. Gracias por cada llamada al móvil porque aún no hemos vuelto a casa. Gracias por insistir en que nos abriguemos. Gracias por cada plato de comida sobre la mesa. Gracias por pelearos incluso con papá por nosotros. Gracias por obligarnos a repetir las cosas. Gracias por intentar hacernos -en vano- más ordenados. Gracias por esforzaros en hacernos ver que debemos estudiar. Gracias por dejar que nos estrellemos para que nos demos cuenta de las cosas.
Y a ti, con la que por desgracia el mundo perdió una de las mejores madres que hubieran podido existir, te digo que si me ves como un sobrino, también puedes verme como un hijo. Porque tú, queriendo o sin quererlo, para mí, muchas veces, has sido una madre. Te quiero.
Dedicado a todas las madres y, especialmente, a Faty, Maria José Cejudo y Guadalupe Sevillana. Os quiero muchísimo.
Gracias a todas por existir.
Sergio Rovayo
¡Necesitas ser un miembro de Cofrades para añadir comentarios!
Participar en Cofrades