La imagen de Nuestra Señora de los Dolores (conocida popularmente como La Soledad), procesiona el Viernes Santo desde la Parroquia de San Santiago Apóstol. Es uno de los pasos pertecientes a la Ilustre Hermandad de Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de los Dolores.

(Antigua imagen destruida durante la Guerra Civil Española)
La Hermandad tiene su fundación el dos de enero de 1773, sin embargo algunas crónicas indican el año 1768 como el de su organización. Hizo su primera salida procesional el Viernes Santo de 1876, desde la Parroquia de Santiago.

(Antigua imagen de San Juan Evangelista, obra de Jesús de Perceval)
Diversas vicisitudes llevaron a la Cofradía en dos ocasiones a su desaparición, volviendo a resurgir en 1918 y en 1940, finalizada ya la contienda civil. A partir de 1997, se configura el misterio de de la Vuelta al Sepulcro actual.

(Paso actual de la Vuelta al Sepulcro)
La Soledad es una imagen de vestir, obra del escultor castellonense afincado en Madrid José Ortells Ramos, realizada en el año 1941. Dicha imagen es copia fidelísima de la destruida en el año 1936, atribuida tradicionalmente al murciano Salzillo (aunque algunos autores le dan la autoría a José de Mora), aunque fuentes más fidedignas la atribuyen a la escuela granadina del siglo XVIII dentro del circulo de José de Mora. La imagen fue bendecida en su festividad el día 15 de septiembre de 1941.

(La Soledad durante el besamanos del Viernes de Dolores)
La imagen se halla concebida como Virgen de la Soledad, volviendo sola del sepulcro de Jesús, con el sudario y el rosario en sus manos.

(Procesión del año 2008)
María refleja una discreta aflicción, con los labios cerrafos, la mirada baja y entornada, las cejas elevadas en señal de dolor, detalles todos ellos que remiten a los grafismos propios de las Dolorosas de la Escuela Granadina que ostentaba la primitiva imagen.

La cabeza aparece inclinada hacia la derecha, sobre ancho cuello que muestra un suave modelado. Tres lágrimas de cristal surcan un rostro porvisto de afilada nariz y puntiagudo mentón, trabajado sin hoyuelo. Las manos aparecen con las palmas extendidas y los torneados dedos levemente flexionados.
Sobre su pecho luce un corazón de oro de ley traspasado por siete puñales, en alusión a su advocación.

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