
Mañana comienza tu besapiés. Mañana te entregaras a todos. Como ya hiciste esa noche de Jueves Santo, en la que te entregaste al mundo.
Una luna llena te iluminaba, como sigue haciéndolo 21 siglos después pero en otro país, en otra ciudad, en otro Huerto. Sevilla se hace Getsemaní para acogerte en tu Oración. No hay Ángel confortador, sino que están tus fieles, tu pueblo, tus familias del Barrio de la Feria; los que te acompañan y confortan con sus lágrimas, sus saetas y sus corazones. Tu les dijiste " No lloreis por mÍ" y ellos te responden, con sus corazones abiertos a tí " No temás, hijo mio, no llores que está Sevilla contigo en este amargo trance".
Tus manos abiertas entregándonos todo, incluso tu bien más preciado, tu sagrada vida.
Sudaste sangre, sangre que derramaste por nosotros regando con vida el Huerto de Getsemaní y nuestras almas.
De rodillas, humillado ante el Padre, rogando por tu vida, demostrando que eres Hombre, que más divinidad que la de un Hombre no la hay.
Sufriste tentación, dolor, angustia, pena y amor. Amor por nosotros, por los que ya pasaron por este mundo y por los que pasarán.
Rezaste al Padre, rezaste por tu Madre, para poder superar este duro trago. Rezaste por todos. Y por tí.
No nos dejes dormir como a tus discípulos en esa noche, y velemos por tu verdadero mesaje de Amor.
"No me abandones, aparte de mí este cáliz, más hagase tu voluntad".
Ayudanos a que cuando besemos tus divinos pies nos ayudes a entregarnos a los demás y al Padre cuando nos necesiten. Y libranos de todo mal. Salud de Monte-Sión, Rosario de Monte-Sión y Padre de la Oración.
Guillermo Ramírez.
Fotografía: Guillermo Ramírez.
¡Necesitas ser un miembro de Cofrades para añadir comentarios!
Participar en Cofrades