
Te deseo Ver, Triana.
Te deseo abrazar.
Deseo tocar tus morenas mejillas con mis dedos
Deseo llevarte entre mis brazos.
Sueño con verte en la calle
Sueño con verte en el Puente, cuando no hay más luz, que la que irradias.
Intento sentirte cerca.
Intento seguirte siempre
Quiero estar contigo
Quiero que vivas en mí.
Pero un día, despierto y:
No deseo ver Triana
No deseo abrazarte.
No deseo tocar tus morenas mejillas.
No deseo llevarte en mis brazos
No Sueño con verte en la Calle
No Sueño con verte en el Puente.
No intento sentirte cerca.
No intento Seguirte siempre.
Y no quiero estar contigo.
Y no quiero que vivas en mí, porque cuando desperté todo desapareció, y nos quedamos solo tú y solo yo, en lo más profundo de mi ser y me dí cuenta que:
No necesitaba ver Triana porque estaba dentro de mí
No necesitaba tocarte, sentirte, verte, soñarte, porque estabas dentro de mí, y allí habitastes entre el sueño y lo divino.
Y no quiero estar contigo, porque ya estas dentro de mí.
Y no quiero que vivas en mí, que no soy digno tu cara, pero decidiste quedarte ahí, en ese rinconcito apartado de la razón, solo te ofrezco esto Señora. Y ese lugar se llenó de Triana, de su gente, de la Velá de Santa Ana, de la Calle Castilla, del azahar del Barrio León y de Madrugás que no terminan.
Y despierto, de el Sueño del Sueño. Y solo quiero dormir por estar junto a tí Esperanza, Morena Gitana de la Cava de Triana.
Texto: Guillermo Ramírez Torres.
Fotografía: Guillermo Ramírez Torres.
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